Cordillera, de Marta del Riego Anta

A veces tengo la suerte inmensa de tropezarme con libros que me miran y me desafían; este libro es lo que hizo, sin darme tiempo para sentarme cómoda o para prepararme una taza de té (uno de esos sabores sorprendentes e inesperados con los que Violet Tea me tienta continuamente). Este libro llegó, se hizo el dueño y señor de mis ojos, de mi cerebro, de mi ritmo respiratorio, de mi ritmo cardiaco… Este libro es mujer, no por referirse a una cordillera (con su simbología: permanencia, constancia; misterio; presencia del ser, cumplimiento positivo de la virtud interior), la Cantábrica, sino por su personaje principal: Nidia. Y también un poco por Xana, su mastina protectora.

Cordillera, de Marta del Riego Anta, cuenta la historia de Nidia, una pastora del norte de España que sigue creyendo en la bondad, la de los animales, porque en la del ser humano dejó de creer tiempo atrás; que sigue creyendo en que la tradición es parte de la vida, de su vida, y de alguna manera debe honrarla, sin que eso se deba entender como un encierro en el pasado haciendo caso omiso del presente.

Nidia es una mujer fuerte, tremendamente fuerte. Que no tiene más remedio que serlo, porque vive en un mundo tradicionalmente de hombres en el que ha decidido abrirse su propio espacio… Ja.

Nidia es una mujer fuerte, tremendamente fuerte. Que no tiene más remedio que serlo, porque vive en un mundo tradicionalmente de hombres, hombres a los que se les ha olvidado cuál es su alma, hombres que se han dejado dominar como lobas en celo por el macho alfa (aunque su macho alfa solo lo sea por haber generado suficiente miedo entre los vecinos), hombres que se siguen creyendo fuertes, pero que solo lo son ya en el recuerdo del pasado.

Nidia es una mujer que cobra vida entre las páginas de Cordillera para despertar un sentimiento de comunidad, ayuda, respeto, fortaleza, decisión… Así que Nidia no tiene más remedio que ser una mujer fuerte, porque si no, las páginas de este libro se caerían como las hojas en otoño; ese otoño que anuncia que pronto comenzará otra estación de trashumancia para ella y sus merinas. Es una mujer con miedos, sueños, secretos y ganas de poder vivir tal y como se entiende y se siente a sí misma. Pero eso implica una fuerza aún mayor que salir con sus ovejas día tras día para perderse (y para encontrarse) en la montaña.

Del Riego nos trae una historia de las que atrapan con sutileza: reivindicativa, tierna y abrumadora; de las que no quieres dejar de leer; de las que quieres acabar para saber qué ocurre en el relato y a la vez quieres que no acabe para seguir conociendo más a Nidia.

Nidia está rodeada de recuerdos, personajes: familia, amigos, visitantes, vecinos…, pero absorbe la trama sobre sí misma de una manera feroz y sin pretenderlo apenas. Marta del Riego consigue que los capítulos en los que su protagonista debería pasar desapercibida sigan manteniendo el interés del lector y despierten la curiosidad por saber más. La narración calmada de los primeros capítulos da un giro imprevisto en el 57, y ya no hay vuelta atrás: ahí sí que no puedes parar la lectura; ya no hay nada más que Nidia, Xana (su fiel y protectora mastina, que no tiene un nombre al azar, podría llamarse Artemisa, pero eso sonaría demasiado arrogante) y el final de la novela.

Para conocer al resto de personajes, escenarios, tramas…, hay que leerse la novela, sin prisa, como la narra del Riego: contando paso a paso (y no poco a poco, porque la narración nunca deja de avanzar: aunque parezca que se encalla en el ayer, siempre está en el presente) el pasado de las vidas de sus personajes, sus sueños, su lengua, sus costumbres, sus formas de vida, sus tradiciones siempre presentes. Y sobre todo hay que leerla con el cerebro encendido: haciéndole comprender y aprender, dejándolo soñar, trayéndolo a las líneas de cada página.

Cordillera tiene algo muy atractivo más allá de la propia historia: la narrativa de la autora te permite visualizar perfectamente cada situación como si estuvieras ante una pantalla de cine. Es una narrativa y una historia que piden a gritos ser guionizadas. Me quedo con las ganas (después de haber leído el libro) de poder acercarme a mi videoteca (de las físicas, en ese formato moderno llamado DVD) y coger esta película para ver a Nidia interpretada por ¿quién?, tengo claro que es Aitana Sánchez-Gijón; a Águeda, Lola Herrera; a Urraca, aquí tengo dudas: ¿Carmen Maura?, ¿Maribel Verdú?, a las dos las veo en el papel; Darío, ¿Antonio Banderas?, ¿Gonzalo de Castro?, qué diferentes, qué bien estaría cualquiera de ellos en el papel del biólogo…

Esta es una historia que pide a gritos ser leída, ser vista, ser comprendida.

Te puede interesar:
Una familia moderna, de Helga Flatland
Grandma
El fin de la tristeza, de Alberto Barrera Tyszka