Este 2025, el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades ha recaído en Byung-Chul Han, un pensador que ha conseguido que la filosofía salga del aula y entre en conversaciones cotidianas. Nacido en Seúl en 1959, se formó primero como metalúrgico antes de dedicarse de lleno a la filosofía en Alemania, país donde vive y enseña desde hace décadas. Su prosa breve, directa y provocadora ha dado lugar a una veintena de ensayos que se leen en una tarde y se rumian durante semanas.
No es un académico encerrado en su torre, sino un observador afilado de nuestro presente. En La sociedad del cansancio, expuso cómo la autoexplotación erosiona más que cualquier control externo; en La sociedad de la transparencia, cuestionó la obsesión por mostrarlo todo; en La desaparición de los rituales, lamentó la pérdida de pausas y símbolos que daban sentido a la vida común. Y en No-cosas, quizá su obra más mediática, se detuvo en la forma en que lo digital ha sustituido a los objetos tangibles, vaciando nuestra relación con el mundo de materia y memoria.
El reconocimiento que ahora recibe premia algo más que su capacidad para diagnosticar la época: Han ha sabido señalar lo que se desvanece sin convertirlo en simple nostalgia. Frente a la velocidad, propone atención; frente a la saturación de imágenes, silencio; frente a la transparencia total, el derecho a lo oculto. No regala soluciones fáciles, pero incomoda lo suficiente como para obligarnos a mirar de otro modo.
En este blog ya hemos comentado No-cosas, pero su pensamiento dialoga, de un modo sutil, con Simone Weil y su reivindicación de la atención, con Paul Watzlawick y sus advertencias sobre los límites de la comunicación, o con Maggie Nelson, que en Bluets defiende lo sensorial frente a la abstracción. Byung-Chul Han escribe para quienes están dispuestos a perder la comodidad de las certezas y ganar, a cambio, una mirada más consciente sobre la época que habitamos.
Te puede interesar:
– No-cosas. Quiebras del mundo de hoy, de Byung-Chul Han
– La policía de la memoria, de Yoko Ogawa
– Grandma. Un viaje emocional con Lily Tomlin al volante