En A la deriva, Penelope Fitzgerald nos lleva al Londres de los años sesenta a bordo de una barcaza anclada en el Támesis. Sus habitantes, unidos por el azar y la precariedad, forman una comunidad tan frágil como entrañable. Con humor fino y una prosa elegante, Fitzgerald retrata las tensiones, los afectos y las pequeñas batallas diarias de quienes buscan un lugar donde echar raíces, aunque sea en aguas turbulentas. Una novela breve que captura la dignidad y la vulnerabilidad de lo cotidiano.