En El fin de la tristeza, Alberto Barrera Tyszka nos sitúa en un país convulso donde lo político y lo íntimo se entrelazan de forma inevitable. A través de personajes atrapados en la incertidumbre y el desgaste cotidiano, el autor traza un retrato de la fragilidad humana frente al miedo, la pérdida y la esperanza. Con una prosa serena y contundente, la novela muestra cómo, incluso en medio del caos, persiste la búsqueda de sentido y de una vida que merezca ser vivida.