Lia Troth, una editora en apuros, se presenta

En esta entrada, Lia Troth se da a conocer como colaboradora de Palabras de fondo. Con un estilo irónico y ligero, comparte anécdotas del mundo editorial y de la vida cotidiana, siempre con un ojo crítico y divertido. Una declaración de intenciones que abre la puerta a futuras historias llenas de humor y complicidad.

«Está genial, me encanta»… ¿o solo me lo dices por compromiso?

¿Qué hacer cuando el cliente dice “Está genial” pero tu cabeza dice “¿seguro?”? Una entrada sobre halagos ambiguos, síndrome del impostor y el arte de no sobreanalizar… demasiado.

El punto y coma: ese gran desconocido

Una noche cualquiera, Lia Troth se enfrenta a un manuscrito sin un solo punto y coma. Lo que parecía una corrección rutinaria se convierte en una batalla contra frases interminables y comas indomables. Entre la ironía y el cansancio, descubre que el punto y coma es el héroe olvidado de la puntuación: discreto, eficaz y ninguneado. Con ojeras a las cuatro de la mañana y un cliente madrugador reclamando cambios, Lia llega a una conclusión clara: si alguna vez existiera un sindicato del punto y coma, ella sería la primera en apuntarse.